“Cuando escucho hablar en español entiendo todo, pero cuando quiero hablar… me trabo o no me salen las palabras…”.
Hay muchas cosas que puedes hacer para mejorar tu español: puedes tomar un curso o estudiar por tu cuenta y trabajar la gramática, aumentar tu vocabulario, mejorar tu producción escrita y también tu comprensión auditiva a traves de películas y vídeos. Todas estas cosas seguramente te ayudarán a progresar y cumplir con tus objetivos.
Sin embargo, para poder hablar español de manera fluída y sintiéndote seguro de ti mismo/a, requiere práctica. Y, por razones obvias, la práctica debe hacerse con al menos otra persona. Muchas veces, al no vivir en un país donde se habla la lengua que se está estudiando, los estudiantes de español dedican casi el 100% del tiempo de estudio a la teoría y la mayoría de las veces no logran sentirse satisfechos por completo con los resultados.
Es muy común que antes de decidirnos a aprender a hacer algo (hablar en otro idioma, cocinar, bailar, o lo que sea) nos imaginemos haciéndolo, como en una “película mental”. Y es muy común también que nos frustremos si, al querer poner en práctica lo aprendido, no nos salga como nos lo habíamos imaginado.
En el caso del español, puede que los estudiantes “se imaginen” hablando como los actores que ven en las películas, los cantantes que escuchan o las personas hispanohablantes que conocen. Pero, a la hora de hablar… se enfrentan con diferentes situaciones incómodas como el silencio, los gestos desesperados, que se les traba la lengua, la sudoración excesiva, el tartamudeo, etc.
Como se señala en el Diccionario del Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas (MCER), “para numerosos estudiantes la expresión oral resulta la destreza más difícil en el prendizaje de la lengua meta” y muchas veces las respuestas de los estudiantes se reducen a brevísimas frases o monosílabos (“sí, no, no sé, también, nunca, me parece bien o mal; pienso que es interesante, no recuerdo, tal vez, es difícil explicar en español”, etc.).
Hay personas que necesitan mejorar su capacidad comunicativa en español por motivos específicos (trabajo, viajes, amor, etc.). Por otro lado, hay otras que lo han estudiado en el pasado y quieren mantener vivo su español. En ambos casos, el problema se presenta cuando estas personas no tienen muchas oportunidades para practicarlo “hablando”. Y, a la primera ocasión de conversar con un hispanohablante, terminan diciendo “Entiendo todo, pero no hablo bien” (+ sonrisa nerviosa).
Una de las cosas fundamentales para ganar confianza es no tener miedo a cometer errores o querer decir cada una de tus frases perfectamente. Lo importante es que los nativos puedan comprenderte, no es necesario que te obsesiones con los errores gramaticales. Si estás demasiado preocupado por equivocarte no vas a lograr hablar mucho. La gente va a entenderte aunque cometas algunos errores.
Por eso creo que las clases prácticas de conversación sean fundamentales para mejorar tu fluidez hablada, mejorar tu nivel de conversación real en español y tus habilidades de comprensión auditiva. Pero, además, te ayudarán a familiarizarte con tu propia voz hablando en otro idioma. De este modo, lograrás desenvolverte con soltura en español en diferentes situaciones de la vida real, interactuando con nativos sin sentirte inadecuado
Si para ti no es suficiente practicar autónomamente, necesitas una guía o no tienes con quien practicar español, seguramente pueda ayudarte con mis clases de conversación. De este modo, podrás enriquecer tu vocabulario, ganar confianza, sonar más natural y mejorar tu fluidez.
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¿A ti también te cuesta más hablar que comprender cuando escuchas? Cuéntame en los comentarios.